Un 'tumblr' te invita a las casas de tus autores preferidos.
Ningún escritor se parece a otro. Podemos encontrar similitudes en temas, en estilos... pero difícilmente más allá del papel o la pantalla, al otro lado, es decir: cuando se enfrentan a la inspiración y al trabajo, y crean. ¿Cómo es la casa de un escritor? ¿Dónde escriben los novelistas y poetas a los que más respetamos?
A falta de casa museo que reproduzca el despacho y el dormitorio, el tumblr Write Place, Write Time reúne fotografías de casas de escritores, bien centrándose en el lugar del que nunca se mueven al concebir sus obras, bien retratando los refugios temporales —residencias para las que son becados, casas de verano, etcétera—, con un pequeño texto en el que el creador escogido describe su rincón de escritura.
Y tanto las fotografías como las reflexiones de Write Place, Write Time acaban definiendo al escritor que las envía, tanto o más que sus propios libros. Rebecca Cox, ensayista y blogger, no se anda por las ramas y prefiere la concreción; Elif Batuman, de quien Seix Barral acaba de traducir en España el magnífico Los poseídos, opta por el lirismo en su imagen y en su texto. Lish McBrider teclea ciencia ficción juvenil en un ordenador con pegatinas infantiles, y Alan Heathcock —cuentista norteamericano a la antigua usanza: ha publicado en las revistas más prestigiosas— se refugia en una caravana.
Write Place, Write Time sacia nuestra curiosidad: nos muestra la casa de los más interesantes escritores actuales, sus rincones de trabajo... y los textos en los que ellos mismos nos explican por qué los escogieron o cuál es su rutina. Hay vida más allá de los libros…
http://www.estandarte.com/
Después, se le propuso a 50 escritores (Juan Carlos Mestre, Alfonso Armada, Manuel Rivas, Luna Miguel, José Ovejero, Manuel Rico, Isaac Rosa o Miguel Sánchez-Ostiz, entre ellos) que trabajasen con las 50 palabras más repetidas y que escribiesen lo que más les apeteciese: un relato corto, un relato más largo, un poema, un listado, una frase...., con total libertad. Podrían escribir lo que quisieran, siempre que contuviese esas 50 palabras, un ejercicio de escritura con el innegable espíritu oulipiano de tener la obligación de trabajar con un grupo concreto de palabras.
Eduardo Mendicutti trabó amistad con un joven concejal de Sanlúcar de Barrameda, Vicente Ramírez Jurado, algo que provocó un buen número de comentarios maliciosos en el ciberespacio… Si bien, según ha contado él mismo, al principio le provocaron un buen enfado, poco a poco le fue viendo la parte creativa al tema. “Si todo esto que dicen fuera verdad, ¿cómo sería esta historia?”, se plantéo Mendicutti…
Este libro escrito en 1962, uno de los más breves de Marcel Jouhandeau, es, sin embargo, uno de los más intensos y lúcidos de su producción. El volumen Tres crímenes rituales, de aires gideanos, recoge reflexiones sobre tres de los crímenes más célebres y horrendos de su tiempo: el de los amantes de Vendôme, en el que Denise Labbé mata a su hija a causa del amor que profesa a su novio, acusado de ser el instigador; el proceso del doctor Évenou, un personaje diabólico que asesina a su mujer valiéndose de su sirvienta, Simone Deschamps, tras poner en escena una especie de ritual macabro; y el crimen del cura de Uruffe, un hombre atrapado y vencido por sus pasiones y fantasmas, quien, tras matar de un tiro a su amante, le abre el vientre y desfigura al hijo que esta llevaba en su seno.
