miércoles, 29 de mayo de 2013

Escritores de fiesta y borrachos

Que a los escritores les gusta una fiesta y un bebercio lo sabemos bien los que amamos el universo que rodea a las letras. No a todos, también es cierto, pero a muchos, a muchos… Será que el alcohol, compañero inseparable de la celebración, despierta a las musas por un rato, aunque otra cosa muy distinta es que esas mismas musas suelan salir huyendo con la resaca del día siguiente.
Queremos empezar el fin de semana recorriendo esta galería de escritores disfrutando en fiestas: sin fin como las de Allen Ginsberg, recatadas a lo Marcel Proust, cargadas de anécdotas como la de Isak Dinesen-Carson McCullers-Marilyn Monroe-Arthur Miller (la hubo, sí), glamurosas al estilo de Truman Capote…
¡Que empiece la fiesta, escritores!
Escritores de fiesta Truman Capote
Truman Capote preparándose para su fiesta Blanco y Negro, en 1966.
Escritores de fiesta Allen Ginsberg

  
Allen Ginsberg, dándolo todo en su 39 cumpleaños.
Escritores de fiesta Kingsley Amis
Kingsley Amis (sí, es el padre de Martin Amis, también escritor), elegancia fiestera.

Escritores de fiesta Hunter S Thompson
Hunter S. Thompson, de ronda nocturna con John Cusack, Johnny Depp y una "amiga".

Escritores de fiesta Isak Dinesen Marilyn Monroe Arthur Miller y Carson McCullers
Cuando Isak Dinesen viajó a Estados Unidos dijo que quería conocer a Marilyn Monroe. Se organizó una cena entre ellas, a la que también asistieron Arthur Miller y Carson McCullers. Cuentan que no hizo buenas migas Dinesen con Miller, que expresó a la escritora su estupor ante la dieta que ésta seguía: ostras y champagne. A las recomendaciones de Miller, Dinesen sentenció: "No sé nada de eso, pero soy vieja y como lo que quiero". Mientras, la McCullers y Monroe intimaban.

Escritores de fiesta Paul Verlaine
Paul Verlaine, acompañado de un vaso de absenta.

Escritores de fiesta Zadie Smith
Zadie Smith: belleza rodeada de belleza (y champagne).

Escritores de fiesta Arthur Miller
Arthur Miller, disfrutando de la fiesta y el baile con su esposa Marilyn Monroe. Mucho más relajado sin la presencia de Isak Dinesen, claro...
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Escritores de fiesta Jonathan Franzen
Jonathan Franzen, ¿meditando sobre el futuro del libro en papel?

Escritores de fiesta Marcel Proust
Marcel Proust, de ¿fiesta? en el jardín.

Escritores de fiesta Ernest Hemingway
Ernest Hemingway, sumergido de lleno en la cultura pamplonica.

Escritores de fiesta Charles Bukowski
Charles Bukowski, de after.
http://www.estandarte.com

martes, 28 de mayo de 2013

La grandeza de ser maestro


Esta es la historia de un maestro. Un ejemplo de vocación, entusiasmo por su trabajo y valentía que difícilmente puede dejar indiferente a nadie. El libro “Antoni Benaiges. El maestro que prometió el mar” (Blume) hace que su entrega, que le llevó a perder la propia vida, no fuera en vano. texto ANTONIO G. ITURBE fotos SERGI BERNAL

Porque el azar es azar, muchas veces las cosas más extraordinarias que encontramos son, precisamente, las que no buscábamos. Así le sucedió al fotógrafo Sergi Bernal con esta historia: fue un hallazgo inesperado, aunque también es cierto que él algo andaba merodeando. Sintió el impulso de retratar con su cámara un momento muy sensible: la inhumación de los restos de una fosa de la Guerra Civil. No se puede descartar en esa pulsión el hecho de tener un abuelo aguerrido que perteneció al POUM. Bernal consultó con la historiadora Queralt Solé, perteneciente a la asociación por la memoria histórica Mirmanda, para saber dónde podría retratar alguna fosa que se estuviera abriendo en Cataluña. Ella le explicó que no había ninguna. Las fosas catalanas son casi en su totalidad de militares, vinculadas a los frentes de la guerra, y la dificultad de identificar los restos de los combatientes hace que apenas se toquen. Además, Sergi quería una fosa de civiles, de personas a las que la guerra hubiera arrollado y donde su exhumación pudiera tener un sentido reivindicativo. Fue ella la que lo puso en contacto con otra asociación y la exhumación de una fosa en un paraje de Burgos llamado La Pedraja. Y hasta allí se fue Bernal con su cámara.
P-76-77_optLas fotografías de la exhumación de los restos de 105 personas, asesinadas y enterradas el 25 de julio de 1936 (una semana después del golpe de Estado del general Franco), forman parte de este libro, acompañadas de las explicaciones del antropólogo Francisco Ferrándiz. Pero, aún siendo un documento importante, se han convertido en un apéndice, un epílogo. Mientras Bernal estaba fotografiando los restos, pero fundamentalmente las miradas e impresiones de aquellos que contemplaban cómo la tierra revelaba lo que escondía, un hombre de avanzada edad le dijo: “Aquí está enterrado el maestro de mi pueblo”. Y esa frase fue para él una chispa que encendió la hoguera de su curiosidad. ¿Quién había sido aquel maestro? ¿Por qué acabó en aquella fosa? ¿Por qué, más de setenta años después, aquel hombre seguía recordándolo con emoción? El nombre del maestro era Antoni Benaiges, pero en el rompecabezas de su vida estaban todas las piezas perdidas. Para recomponerlas, Bernal ha rastreado intensivamente archivos, visitado testimonios y a los propios familiares de Benaiges.
Este libro es el resultado de esa indagación, puesta en las manos hábiles de un Francesc Escribano (autor de una excelente biografía de Pere Casaldáliga y de otra de Puig Antich) que ha reunido con delicadeza, y a la vez con decisión, los pedazos de una vida que rompió trágicamente la Guerra Civil. Escribano confiesa que él, en realidad, no podía escribir este libro: en el momento en que se lo propusieron estaba a punto de marcharse fuera de España durante tres meses para atender el rodaje en Brasil de la película sobre su biografía de Casadáliga. Era imposible escribirlo, no podía… Pero tuvo que hacerlo. En cuanto conoció la historia de Benaiges notó el temblor y supo que debía escribirla. Esta es otra más de las muchas paradojas y azares que han llevado hasta este libro, que se ha ido ensamblando de manera inverosímil. Así, la redacción de la peripecia vital de este maestro catalán en la Guerra Civil se realizó en las selvas de Brasil, en los tiempos que Escribano tenía libres. Benaiges no era católico, pero seguro que se hubiera entendido muy bien con Casaldáliga.
Primera parada: Mont-Roig
P.80-81_optLa primera pista de la vida de Benaiges llevó a Bernal a Mont-Roig, una localidad de Tarragona. Y a su casa natal de Cal Reverter. Allí, sus sobrinos nietos Elisa y Jaume apenas conservaban recuerdos de aquel tío del que sabían que murió en la Guerra Civil, que era un hombre de ideas progresistas y que era un gran bailarín. Pero tenían algo más, una vieja caja de cartón, decorada con estampas rurales, donde se conservaban los recuerdos del tío Antoni: unas pocas fotografías en blanco y negro y un puñado de cuadernos antiguos, impresos de manera rudimentaria. Esa caja había permanecido durante décadas en la familia, incluso cuando tener papeles que lo relacionasen a uno con republicanos o represaliados de la guerra era un asunto peligroso. Pero la caja formaba parte de la historia familiar, era el último recuerdo de aquel tío maestro que se fue a enseñar a un pueblo de Burgos y nunca más volvió. La familia poco más sabía y la indagación fue llenándose de aportaciones documentales y de testimonios diversos hasta ir volviendo nítida la fotografía de Benaiges.
Para entender su recorrido vital, primero hay que situarse en la España de su tiempo. Cuando en 1931 se instauró la República, el primer ministro de Educación y Cultura de la época (lo que entonces denominaban Instrucción Pública y Bellas Artes), Marcel·lí Domingo, puso en marcha un poderoso plan de modernización escolar en un país donde un tercio de la población no sabía leer ni escribir. Nos lo recuerda en el libro la historiadora Queralt Solé: “El ministro afirmaba que el maestro era el primer ciudadano de la República”. En ese ambiente de cambios, de creación de 7.000 nuevas plazas para docentes y la dignificación de aquel oficio que antaño tenía salarios de hambre, surgió una generación de jóvenes maestros muy implicados en este afán reformista. Hubo un momento en que pareció que España podía ser otra.
P.70-71_optEntre estos nuevos maestros, un grupo se sentía muy interesado por el método puesto en marcha en Francia por Célestin Freinet. Su idea es que la letra con sangre no entra. Él proponía que las clases se desarrollaran en un ambiente de cotidianidad, con participación de los alumnos y una atmósfera donde el trabajo riguroso no estuviera reñido con la alegría de aprender. Y, para fomentar eso, se dotaba a cada escuela de una pequeña imprenta. Ahí los alumnos podían desarrollar sus ideas, practicar la redacción, la lectura, y además realizar un trabajo manual en equipo con la propia imprenta y tener la motivación de ver impreso su propio esfuerzo.
Antoni Benaiges, tras acabar sus estudios de magisterio, fue destinado como suplente a varias escuelas de Madrid, y después volvió a Cataluña, para dar clases en Vilanova i la Geltrú. En Cataluña había un grupo de maestros muy partidarios de la técnica Freinet y él se sumó a ellos con entusiasmo. Organizaban sus reuniones para hablar de pedagogía e incluso tenían una revista, Colaboración, donde publicaban artículos sobre sus experiencias. El ideario de Benaiges lo resume Escribano de la manera más sintética y clara posible: “Respeto y libertad”.
Parada final: 1934, Bañuelos
Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar VV.AA. Blume 184 págs. 20 ¤.
Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar
VV.AA.
Blume
184 págs. 20 €.
Bañuelos de Bureba era un pueblo de doscientos habitantes y ninguna carretera, un lugar perdido en el interior de Burgos a donde Benaiges llevó en su maleta de ilusiones el empuje de la alfabetización. Él mismo pagó de su bolsillo el dinero para poder tener una imprenta con la que poner en marcha el método Freinet y los niños rápidamente quedaron fascinados con aquel maestro tan distinto a lo que hasta entonces habían conocido: “Los niños estaban muy contentos con él porque cambiaron de un maestro que les pegaba con la vara y les castigaba duramente a este que les enseñaba, les llevaba de excursión y hasta les compraba comida”.
Los chavales no podían asistir siempre a clase porque debían ayudar a hacer la colada o en el campo. Había gente que miraba con desconfianza y algo más a aquel profesor de extraños métodos que no asistía a misa los domingos. Un maestro que hablaba mucho con los alumnos y daba pocas matemáticas. Pero nada de eso apagó el entusiasmo de Benaiges, que dijo esto en uno de los muchos artículos que escribía ardorosamente para la revista freinetista Colaboración: “El niño, para ser educado, necesita camino libre, trazarse por sí mismo la trayectoria de sus actividades. ¿Que con papel sin rayar el niño escribe torcido? Mejor. Un motivo más para mejorarse yendo derecho. Dejémosle”.
Con la imprenta empezaron a trabajar enseguida, imprimiendo unos cuadernillos con los trabajos de los niños sobre diversos asuntos que se trataban en clase. Los chicos y chicas participaban risueñamente en aquel proceso. A la serie de publicaciones trimestrales de los alumnos las bautizó como Gestos: “Le llamaremos Gestos. Gesto es carácter. Expresión libre. Matiz. Vida. Atributos de la escuela”. Una muestra del resultado de aquellas labores escolares son precisamente los trece cuadernos monocolores que con tanto afecto ha conservado su familia durante décadas. Y esta generosa edición de Blume incluye un facsímil de uno de esos cuadernos, tal vez el más emotivo y que tiene la clave del título del libro. Se trata de un cuaderno surgido de una propuesta de trabajo de clase de Benaiges: pregunta a unos niños incrustados en el secano de Castilla cómo creen que debe de ser el mar. Sus respuestas son de una inocencia que desarma. Todos fabulan de una manera tal que se tiene la impresión de poder ver, a través de sus palabras, el brillo de sus pupilas al soñar con el mar. Este es un libro lleno de momentos emocionantes y la lectura del cuaderno es uno de ellos. Es difícil no contagiarse de la ternura de los niños y la devoción de Benaiges por la enseñanza: “Los maestros no tenemos vacaciones. Así como suena. Donde va el maestro, va la escuela”, escribió en el cuaderno de final de curso de Gestos de 1935.
Él era un soñador práctico, un reformista. Por eso, a aquel puñado de niños no les prometió la luna, pero casi: les prometió ir a ver el mar. Los autores del libro han constatado cómo Benaiges pidió a su familia que le preparasen la casa familiar de veraneo en la costa. Sería una manera de que aquellos niños tuvieran una oportunidad, por fin, de ver el mar. Pero el verano trajo una marea inesperada, de odio y atrocidades. A Benaiges, un profesor republicano, progresista y catalán, le encontró el estallido de la Guerra Civil en el peor sitio posible: Burgos, capital provisional del primer gobierno fascista.
En el libro se ha logrado reconstruir la manera en que Benaiges murió asesinado. Son páginas muy dolorosas, pero por fin se logra en ellas, tantos años después, arrojar luz. Porque Escribano nos recuerda que la primera víctima de la guerra es la verdad. La apertura de fosas de la Guerra Civil es un asunto delicado, pero en esta ocasión se ha demostrado útil, pues lo que aflora no solo son restos deteriorados, sino también memoria.
A la presentación del libro, celebrada en el Pati Manning de Barcelona, asistieron los sobrinos de Antoni Benaiges y Escribano les preguntó qué sensación habían tenido al ver recompuesta la historia. Jaume Aragonés Benaiges dijo sentirse enormemente satisfecho porque habían devuelto al Tío Antón la dignidad. Cuando el inquieto fotógrafo Sergi Bernal, al visitar a sus antiguos alumnos, les preguntaba por Benaiges, alguno de ellas, tantas décadas después, aún conservaba aquellos modestos cuadernos de la escuela hechos en la imprenta que trajo el maestro. Un señor ya mayor le dijo a Bernal que ese cuaderno no lo vendería ni por 100.000 pesetas ni por nada. Este es un libro de un valor que no se puede medir. La recuperación de la memoria de este héroe contemporáneo que fue el maestro Benaiges es una de esas obras que demuestran que los libros son un arma cargada de futuro y de presente.



lunes, 27 de mayo de 2013

Las bibliotecas más bellas del cine


Las películas también nos hace soñar con... bibliotecas.


¿Nos acompañas en nuestro recorrido por las bibliotecas más bellas del cine? Seguro que, cuando en una película sale una buena biblioteca, se te van los ojos a ella, aunque en pantalla aparezca la actriz más hermosa o el más arrebatador de los galanes… Seguro que disfrutaste con nuestra selección de las bibliotecas más bellas del mundo, ¡ahora le ha tocado el turno a las bibliotecas de cine!
Por eso, e inspirados en las curiosas propuestas de Flavorwire, se nos ocurre ofrecerte este repaso por las mejores bibliotecas de las películas. Desde La Bella a la BestiaEl nombre de la rosa, pasando por My Fair Lady Desperado… ¿Quieres proponernos alguna más? Hazlo en los comentarios de esta misma noticia, más abajo.
Biblioteca de Los Tenembaums
La de la adorable Margot de Los Tenenbaums.
Biblioteca de Salma Hayek en Desperado
Salma Hayek trabajaba en una bibliotea en Desperado, ¿o era una librería?
Bilbioteca de El día de mañana
La Biblioteca Pública de Nueva York aparecía así de desoladora en El día de mañana.
Bilblioteca Indiana Jones y la última cruzada
Entre los maravillosos escenarios de Indiana Jones y la última cruzada se encontraba esta biblioteca veneciana que a tantos nos hizo soñar...

martes, 21 de mayo de 2013

Nueva York de cine: la ciudad-plató


Un recorrido por la ciudad más cinematográfica, en 55 películas.


Nueva York de cine (Guía de la ciudad en 55 películas) es el libro ideal para viajeros fetichistas, para cinéfilos viajeros o para todos aquellos que sienten curiosidad por los escenarios que coprotagonizan las películas. ¿Eres de los que se quedan al final de los créditos para ver dónde se han rodado las películas? Entonces…
Nueva York de cineExisten dos Nueva Yorkdiferentes: la ciudad real, la de los rascacielos, en la que viven millones de personas reales, y la ciudad mítica, nacida del cine y de los sueños que las películas generan.
María Adell (crítica y profesora de cine en la Escac de Barcelona) y Pau Llavador (diseñador gráfico y profesor en la Escuela Superior de Diseño Elisava de Barcelona) han creado una particular guía de Nueva York, de escenario en escenario, de película en película. En total encontrarás en Nueva York de cine 55 localizaciones y dos recorridos temáticos.
Nueva York de cineEntre todo ello, el apartamento de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes, el banco con vistas al río en el que se enamoran Woody Allen y Diane Keaton enManhattan, la pizzería en la que trabaja Tobey Maguire en Spider-Man 2... Cada localización incluye una fotografía del lugar, descripción de la escena de la película e información práctica (cómo llegar, horarios, página web…). Dos capítulos finales nos acercan a dos formas de contemplar la Gran Manzana en pantalla: como inspiración para los cómics de grandes superhéroes y como plató de televisión en el que se han rodado miles de series.
Pasear por Nueva York acompañados de estrellas como Natalie Portman, Will Smith, Al Pacino, Leonardo di Caprio o Mia Farrow en películas como Cisne negro, Soy leyenda, Serpico, Revolutionary Road o La semilla del diablo, bien merece un libro, ¿no?

jueves, 16 de mayo de 2013

Ni ‘El gran Gatsby’ ni Scott Fitzgerald se merecían esto.


Entre los muchos dones que posee la escritura de Scott Fitzgerald está la hondura para describir con frases inolvidables los sentimientos, lirismo lacerante, creación de atmósfera, sobriedad expresiva para retratar la mayor complejidad emocional, poder de sugerencia, una capacidad narrativa que no precisa de adornos. Pero este maravilloso contador de los desastres íntimos, el desasosiego, la pérdida, la autodestrucción, los sueños rotos y el desgaste que provoca el tiempo sigue sin tener suerte cuando el cine se empeña en adaptar su sutil, doloroso e identificable universo.
Cannes ha sido inaugurado con una nueva versión de El gran Gatsby, que tal vez sea la novela más celebérrima de Fitzgerald, aunque no la mejor para mi gusto. A Jay Gatsby, ese hombre enigmático y romántico que creó un imperio para intentar recobrar al amor de su vida, lo encarnó Alan Ladd en una película que no he visto nunca y posteriormente Robert Refford en un retrato académico, mediocre y epidérmico que dirigió Jack Clayton. Ahora lo encarna Leonardo DiCaprio, alguien al que puedes asociar a la imagen que tenemos de Gatsby y que él se esfuerza por dotar de alma.
Pero el director de la historia es el temible Baz Luhrmann, señor al que apasiona ante todo la parafernalia, un lenguaje visual exhibicionista hasta el mareo, incapaz de transmitir sentimientos auténticos, portadorde una estética exuberante y rebuscada al exclusivo servicio de la oquedad. Es el autor de películas tan floridas como tontas, que me irritan particularmente, tituladas Moulin Rouge y Romeo + Julieta y no se le ha ocurrido otra cosa a director tan pinturero y prescindible que encapricharse del intimismo de Fitzgerald y montar una verbena visual que está mucho más preocupada por el despliegue de la cámara que por lo que les ocurre a los personajes, por impactar estéticamente al espectador en vez de conmoverlo con esta historia de amor que no puede tener final feliz.
Luhrmann dispone de un presupuesto fastuoso que derrocha rodando en absurdas tres dimensiones, haciendo una muy costosa reconstrucción del Nueva York de los años veinte, decorando hasta la floritura mansiones palaciegas, filmando fiestas y bailes a ritmo de hip-hop, que a veces combina con música de Gershwin. Es tan vanguardista y tan destroyer que ambientar con jazz el mundo de Fitzgerald le debe de parecer muy antiguo y paleto. Para él lo más cool es plantarle unas gafas negras al espectador y atronarle los oídos con música discotequera para hablarle de la torturada personalidad y las tristes vivencias del soñador Gatsby, la sofisticada y juguetona Daisy Buchanan, el lúcido y concienciado narrador Nick Carraway y las cínicas reglas que rigen el mundo de los muy ricos.
Repito que DiCaprio hace lo que puede para intentar dotar de espíritu a Gatsby. También el inquietante Tobey Maguire y la camaleónica Carey Mulligan, pero el director se encarga en cada aparatosa secuencia de borrar las inquietudes de Fitzgerald. Si este levantara la cabeza se llevaría un susto notable al constatar la superficialidad con la que está tratada la tragedia que él contó en su novela.
A pesar de este arranque tan poco estimulante, la programación del festival invita a la ilusión. Dispone de una sección oficial que va a exhibir las últimas obras de directores de los que puedes esperar mucho, como los estadounidenses Alexander Payne, James Gray, Soderbergh, Jarmusch y los hermanos Coen, el japonés Koreeda, el iraní Farhadi, el italiano Sorrentino, el danés Winding Refn y el polaco Polanski.
Y también es inevitable que te hagas una pregunta desasosegante al plantearte a raíz del cierre de Alta Films cuántas de estas películas podrán ser estrenadas en España. Los distribuidores independientes lo tienen crudo. Se exhibe bastante cine inestrenable en los festivales pero también películas muy atractivas que no pertenecen a las multinacionales, que hemos podido disfrutar en España gracias a los pequeños e independientes distribuidores. Y te asalta el temblor cuando Alta Films nos informó que de 220 salas que exhibían en versión original este tipo de cine ya solo quedan abiertas veintitantas. Habrá que salir de España, como en la época de la siniestra censura franquista, para poder ver determinado cine. Y sé que esto suena a frívolo, cuando mucha gente está emigrando de este país por algo tan acuciante y angustioso como encontrar trabajo. Pero no solo de pan vive el cinéfilo.

martes, 14 de mayo de 2013

Dan Brown vuelve con 'Inferno'


La cuarta novela protagonizada por Robert Langdon, inspirada en la 'Divina Comedia' de Dante, llega a las librerías en inglés el 14 de mayo y en castellano y catalán el 16 de mayo

Un monumento (arquitectónico, pictórico o literario) del pasado, una trama conspiratoria y una serie de pistas ocultas que el catedrático de Simbología Richard Langdon va despejando como si de una ginkana se tratase: la fórmula de éxito del escritor norteamericano Dan Brown alcanza a partir de hoy a la cuarta entrega. Tras 'Ángeles y demonios', 'El código Da Vinci' y 'El símbolo perdido', 'Inferno', que esta vez utiliza como referencia cultural de la novela uno de los tres libros de la 'Divina Comedia' de Dante, llega esta semana a las librerías de todo el mundo. En inglés y en otras lenguas como el alemán y el italiano, el 14 de mayo. En castellano y en catalán, publicada por Planeta y Empúries respectivamente, el próximo jueves 16 de mayo.
zoomDan Brown, en Milán, en el año 2009
Dan Brown, en Milán, en el año 2009 EFE / MATTEO BAZZI

El contenido del libro se ha mantenido en secreto, salvo el adelanto promocional del primer capítulo, las reseñas de un puñado de medios internacionales que han tenido acceso al texto, algún material promocional, como algunos reportajes levemente exagerados sobre el secretismo del proceso de traducción, y unas pocas palabras del propio Dan Brown, que sin decir nada de especial deja entender a sus lectores que pueden esperar un regreso a 'El Código da Vinci': "En mi nuevo libro, 'Inferno', regreso al corazón de Europa, y en particular a las obras del gran escritor italiano Dante Alighieri. Aunque estudié el 'Infierno' de Dante como estudiante, solo recientemente, mientras investigaba en Florencia, llegué a apreciar la permanente influencia de esta obra en el mundo moderno. Creo que la gente disfrutará leyendo acerca del mundo en el cual vive. Encontrarán interesante, por ejemplo, ver la Iglesia o grandes obras de arte a través de una lente diferente, quizás a través de los ojos de un especialista, en este caso el simbólogo y mi principal protagonista Robert Langdon. Con 'Infierno', como con mis anteriores libros, los únicos elementos ficticios son los personajes; todas las obras de arte, historia, localizaciones, documentos y ciencia son reales. En 'Infierno' Langdon debe navegar en un nuevo paisaje de códigos, símbolos y ciencia¿ a través de algo más que unos pocos pasadizos secretos".

Algunos de los actos de presentación de la novela intentarán lidiar con estas restricciones: en laUniversidad de Bristol, por ejemplo, un grupo de expertos en la obra de Dante leerán a toda velocidad el libro entre las 10.30 y las 16.30 horas del mismo día 14 y discutirán sobre su contenido en directo, en un acto abierto al público.

Dan Brown iniciará su gira mundial de promoción inmediatamente después de la publicación de su novela. Su primer acto público será, el miércoles 15 de mayo, en el Lincoln Center de Nueva York. Después pasará por Londres y Dublín, y recalará en Madrid el próximo 30 de mayo.


LA PRIMERA CRÍTICA


La primera crítica publicada ha sido la de Janet Maslin en 'The New York Times'. Y empieza dura: "Las primeras partes de 'Inferno' se acercan tanto a la autoparodia que Brown parece haber perdido el sentido ¿como Langdon, que empieza el libro en la cama de un hospital con un caso de amnesia que embota su espectacular ingenio". Sin embargo, aclara rápidamente que el libro está relleno de trucos y que este "tambaleante inicio" es uno de ellos, "para alivio de quien disfrute" de la obra del escritor.
Maslin reprocha a Brown que embarque de nuevo a sus personajes en una cacería con "una terrible cantidad de detalles turísticos" y apunta que el autor, volviendo a las andadas en su juego entre ficción y realidad, sostenga que existe realmente el perverso personaje que está detrás de una organización que busca reducir a las malas la superpoblación del mundo (por lo visto habrá manipulación genética y epidemias inducidas). Pero finalmente reconoce que hay un sentido del juego que salva a los libros de Brown de la "pesadez2. Como cuando el editor de Langdon le dice que, si quiere jets privados, escriba '50 sombras de iconografía'. ("Brown ya lo ha hecho", añade, perversa, la crítica del diario neoyorquino).

viernes, 10 de mayo de 2013


Los traductores del nuevo best-seller pasaron dos meses encerrados en un búnker.


Los 11 traductores de «Inferno», la última novela de Dan Brown, trabajaron durante dos meses en un complejo subterráneo de alta seguridad en Milán. Según la Radio Pública Nacional estadounidense (NPR).
La seguridad de la obra, cuyo título homenajea a la primera parte de la Divina Comedia de Dante, tenía los ordenadores atornillados a la pared. Los traductores no podían introducir teléfonos móviles y el acceso a Internet estaba tan restringido como monitorizado.
El embargo de la novela, que se mantendrá hasta el 14 de mayo, también dio lugar a un complejo algoritmo para evitar que los traductores salieran del búnker con páginas de la novela.
Las reacciones del equipo a semejante régimen de aislamiento fueron variadas. Mientras algunos aseguran que disfrutaron la experiencia, otros lamentaron haber echado de menos a sus familias.

Ochenta años de la quema nazi de libros: símbolo de la persecución cultural



Berlín (EFE/Rodrigo Zuleta).- La quema de libros por los nazis, de la que mañana se cumplen 80 años, se ha convertido en un símbolo de la persecución cultural y es recordada en Alemania como un acto de barbarie que presagiaba los hornos crematorios del Tercer Reich.
"Donde se queman libros se terminan quemando también personas", es la frase del poeta Heinrich Heine que siempre se repite para recordar los acontecimientos del 10 de mayo de 1933, cuando universitarios quemaron en Berlín y en otras ciudades del país libros de espíritu "no germánico".
Aquellos actos, que congregaron a miles de espectadores en las calles y en los que participaron profesores y miembros de las SS, marcaron el inicio de la censura y la persecución de intelectuales que caracterizaron al régimen nazi.
La frase de Heine, muerto en 1856 en su exilio parisino, resultó profética y casi que parece pronunciada después de 1933 e, incluso, después de 1945, cuando se llegó a conocer con todo detalle la verdadera dimensión de la barbarie nazi.
Heine, de origen judío, era uno de los tantos autores que los nazis querían hacer desaparecer de las bibliotecas.
El periodista Volker Weidermann tiene una obra, El libro de los libros quemados, en los que recupera las biografías de 131 autores incluidos en una de las primeras listas negras de los nazis.
Sin embargo, en esa lista no están los nombres de todos los autores cuyos libros fueron lanzados a las hogueras ni tampoco los de todos los que sufrieron diversas formas de persecución.
En la lista recuperada por Weidermann falta, por ejemplo, Walter Benjamin, que empezó a ser perseguido aún antes del ascenso al poder de los nazis y que se suicidó tras no lograr entrar a España cuando huía de las SS.
También falta Thomas Mann, a quien al comienzo los nazis trataron de ganar para su causa pero que se convertió en una de las voces más destacadas de la oposición intelectual al nacionalsocialismo.
Las esperanzas de los nazis de ganarse a Mann, como lo cuenta Marianne Krull en su libro Otra historia de la familia Mann, estaban fundadas en que en los primeros meses después de la toma de poder el autor de La montaña mágica tuvo una actitud vacilante.
Thomas Mann no quiso colaborar en la revista Die Sammlung, dirigida por su hijo Klaus y que tenía como objeto recoger textos de los intelectuales emigrantes, e incluso declaró públicamente que no compartir la orientación de ese medio.
A la postre, Mann se alineó con la resistencia, a la que habían pertenecido desde el comienzo sus hijos Erika y Klaus y su hermano Heinrich, que fue desde el comienzo uno de los escritores más odiados por los nazis.
Sin embargo, las vacilaciones de Mann recuerdan que muchos otros escritores no solo no se declararon de forma inmediata contrarios al nazismo sino que simpatizaron y colaboraron con el movimiento.
Al lado de los escritores perseguidos hubo también escritores cómplices, como fue el caso del poeta Gottfried Benn.
Si se revisan las listas negras, se puede establecer una especie de tipología de los autores perseguidos y cuyos libros fueron quemados por, según los nazis, ser contrarios al espíritu alemán.
Se perseguía, en primer lugar y como era de esperarse, a los judíos vivos, como Benjamin o Alfred Döblin, o muertos, como Heine.
Una de las tesis que defendían los estudiantes nazis antes de las quemas del 10 de mayo era que si un escritor judío escribía en alemán estaba mintiendo y que los judíos debían escribir en hebreo.
En segundo lugar, se buscaba hacer desaparecer de las bibliotecas a los autores de libros pacifistas, como era el caso de Erich Maria Remarque o Arnold Zweig. Tanto Zweig como Remarque aparecieron ya en las primeras listas y fueron tan odiados como Heinrich Mann.
Además, eran vistos como enemigos autores a quienes se considerasen vinculados al socialismo o al comunismo, como Anna Seghers, Heinrich Mann o Bertolt Brecht.
Los autores extranjeros cuyos libros fueron lanzados a las llamas por los nazis -entre ellos Ernest Hemingway, John Dos Passos y Maximo Gorki- merecerían un capítulo aparte.
Entre los escritores soviéticos "quemados" por los nazis llama la atención encontrar a muchos que también fueron perseguidos por el estalinismo.
El nombre más conocido es tal vez el de Isaak Babel, que murió fusilado en la cárcel estalinista de Butyrka en 1940.


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jueves, 9 de mayo de 2013

Laura Gallego: «Desde Tolkien ha llovido mucho»


Laura Gallego: «Desde Tolkien ha llovido mucho»
Cómic basado en «Memorias de Idhún», de Laura Gallego (SM Ediciones)
Empezó a escribir con diez u once años, a publicar a los veintiuno, y hasta hoy no ha parado; una carrera jalonada de premios –el Barco de Vapor, que ha conseguido en dos ocasiones, y el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil– y de novelas. Historias como «Memorias de Idhún», la trilogía que nos transporta al universo de los tres soles y las tres lunas, han convertido a Laura Gallego, más que en un referente de nuestra literatura fantástica, en la número uno. Título que revalida ahora con«El libro de los portales» (Minotauro).
Llevaba rondándole por la cabeza desde 2006 o 2007, porque –explica– sus obras no son fruto de una inspiración súbita: «Las voy pensando y rumiando». «Como lectora –asegura–, siempre me ha llamado la atención el hecho de que en las novelas fantásticas aparecen portales: el mago de turno invoca un portal, los personajes lo atraviesan y surgen al otro lado. Los portales están ahí, pero nadie explica cuál es su funcionamiento. Son elementos de atrezo, algo secundario.» Que Laura Gallego convierte en el eje de su última fantasía.
¿Qué le diría a quienes consideran que la fantasía es un género para niños?
Que lean a George R. R. Martin, el autor de «Juego de tronos», y cambiarán de opinión. Dentro del género fantástico hay fantasía para niños, fantasía para adultos, fantasía para todo el mundo, igual que puedes encontrar libros de misterio para niños, para mayores... La edad no tiene nada que ver.
¿Vive el género fantástico un renacimiento en España o siempre ha gozado de buena salud?
No, en España ha sido un género muy menor. Ahora nos hemos abierto más al género fantástico. El auge empezó en la década de los ochenta, pero ha estallado ahora. Es una cuestión generacional. Pienso en la gente de mi edad, los que tenemos treinta y tantos años; gente que leímos en nuestra adolescencia «El señor de los anillos» y vivimos la eclosión de los juegos de rol y el estreno de «La guerra de las galaxias». Los que éramos niños en los ochenta somos hoy adultos; y algunos de nosotros estamos escribiendo y seguimos siendo aficionados a la fantasía. Más tarde, en los noventa-y-muchos, vino Harry Potter y una nueva generación se aficionó a la fantasía; con lo cual ya somos dos generaciones. Se trata de una fantasía que nos viene de fuera, porque aquí nunca ha habido mucha tradición. La última gran tradición que tuvimos fue la de los libros de caballerías en el siglo XVI, y ya sabemos cómo terminó. Desde entonces, en España la fantasía ha sido considerada un género menor. Sales de nuestras fronteras, en cambio, y la literatura fantástica es un género como cualquier otro, con grandes autores.
Ha mencionado los libros de caballerías. Su tesis doctoral versa sobre «Belianís de Grecia», de Jerónimo Fernández; una obra de 1579.
Los libros de caballerías son los grandes «best sellers» del siglo XVI y son, sin lugar a dudas, literatura fantástica. «Belianís de Grecia» fue una de las sagas más importantes de aquel siglo: Cervantes la leyó y hay episodios del «Quijote» que remiten al «Belianís».
En todas las entrevistas le preguntan por su libro preferido, «La historia interminable», de Michael Ende, así que hablemos de otra cosa. De «Macbeth», por ejemplo.
De todas las obras de Shakespeare, es mi favorita. Me maravilla cómo Shakespeare juega con la idea del elegido, la forma que tiene de darle la vuelta a la idea de la profecía. El elegido y la profecía son elementos clásicos de la literatura fantástica y de los cuentos de hadas: es muy habitual que el protagonista no sea nadie o sea un chico humilde que, según tal o cual profecía, traerá la paz al mundo, o derrotará al malvado, o será rey de no sé dónde. Es el elegido porque está profetizado así y porque es su destino, no puede escapar de él... Las brujas de «Macbeth» hacen una profecía, sí, y todas las cosas que profetizan se van cumpliendo; pero no de la manera que Macbeth espera. Me parece una obra brillante.
Da la impresión de que toda la literatura fantástica se resume en Tolkien. ¿Hay vida más allá de «El señor de los anillos»?
Tolkien escribió hace más de cincuenta años. Fue el padre de la literatura fantástica moderna, pero desde entonces ha llovido mucho. Yo he disfrutado de Tolkien; mis modelos, sin embargo, están en otra parte.
¿Dónde?
En tramas más novelescas que épicas. En «La historia interminable», que he leído más de veinte veces. Y en el «Ciclo de la puerta de la muerte», de Margaret Weis y Tracy Hickman.
A los veintiún años ganó el Premio Barco de Vapor con «Finis Mundi». Era el primer libro que publicaba y el decimocuarto que escribía. ¿El que la sigue la consigue?
El que la sigue tiene más posibilidades. Siempre he pensado que la literatura no es cuestión de talento, sino de vocación. Cuanto más escribo, mejor lo hago, más voy aprendiendo. Comparo mis primeras obras con las de ahora y no tienen nada que ver. Es cuestión de práctica, de haber escrito miles de páginas. No es algo que te suceda en dos días. Hay escritores a los que les funciona su primera novela, pero en la mayoría de los casos no es así. A base de practicar y practicar y practicar, al final aprendes.
Con once años escribió su primera novela, «Zodiaccía, un mundo diferente». ¿Cómo era aquella Laura Gallego?
Le gustaba mucho leer, igual que ahora. Y creo que era bastante más tímida que ahora. Cuando empecé a escribir esa novela no pensaba en ser escritora. Me gustaba imaginar historias, historias que escribía para mí, historias que quería sacar fuera de mi cabeza. «Zodiaccía» fue un reto. A medida que la escribía me di cuenta de que disfrutaba y de que, cuando la terminara, quería escribir más historias.
La escribió con una amiga que, años más tarde, profesó en una orden religiosa. Le envía todas sus novelas. ¿Qué opina de ellas?
Ya no se las envío todas, porque hubo un momento en que me dijo que algunas le asustaban un poco.
En 2012 logró el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por «Donde los árboles cantan».
Supuso el reconocimiento de la crítica y de las instituciones, reconocimiento que se sumaba al de los lectores. Porque a veces parece que esté reñido que un autor tenga éxito, sea comercial y guste a la crítica.
«Memorias de Idhún», uno de sus grandes éxitos, prosigue su andadura, ahora en cómic. ¿Qué le aporta el cómic a la historia original?
Sobre todo, imagen; un referente gráfico, una especie de ilustración oficial. En el cómic, los personajes y su mundo se ajustan bastante a lo que yo había imaginado. Los lectores pedían imágenes: me llovían sus dibujos.
«Las escenas de sexo, en las películas y en los libros, me aburren tanto como las persecuciones de coches», ha declarado. ¿Qué cosas le gustan?

martes, 7 de mayo de 2013

El futuro de la novela española está en el extranjero


Es el retrato de una vieja canción que muy pocas veces se repite: escritores labrados en el silencio de sus horas libres y en la seguridad de un empleo insatisfactorio. Lectores por compulsión que con su primera novela logran hacer de su afición su profesión. Es la leyenda que nutre las escuelas de escritores, la ilusión del recién llegado y el mito del encuentro con el gran público. Pero algo ha cambiado en el camino del éxito de un novato: a la fiesta se han unido las editoriales extranjeras.  
Autores desconocidos que venden traducciones a decenas de países antes de haber sido publicados en España, antes de tener buenas críticas y de demostrar que son capaces de vender, vender y vender. Antes, incluso, de ser autores. No tienen un rostro conocido en la televisión, no saben a quién ni a dónde mandar el manuscrito en el que llevan años trabajando, sin experiencia en el maltrecho y perverso universo editorial. Espontáneos que, a pesar de todo, triunfan con su primera novela y venden miles de libros. Es el premio gordo menos casual de todas las loterías y apuestas de un Estado donde cada vez hay menos dinero para la lectura.
Las excepciones que convierten las anécdotas en hazañas son la noticia que confirma un boom de la literatura de autores españoles en el extranjero, a los que les han desbrozado la senda Arturo Pérez-ReverteCarlos Ruiz ZafónJavier Sierra,Matilde AsensiMaría Dueñas o Félix J. Palma, entre otros. Todos ellos estaban avalados por su nombre o sus ventas, pero en la primera parte de la temporada literaria han surgido tres novelas de éxito de escritores noveles, que además firman los derechos para la adaptación al cine. 
Son Dolores Redondo (San Sebastián, 1969), Natalia Sanmartín (La Estrada, Pontevedra, 1970) y Jesús Carrasco (Badajoz, 1972), con los libros: El guardián invisible (Destino), El despertar de la señora Prim(Planeta) e Intemperie (Seix Barral), respectivamente. De la primera existen en este momento 35 ediciones extranjeras y de la última 14 ediciones, en un país donde el 21,1% de toda la producción de libros son traducciones, según los últimos datos arrojados por los estudios del libro del ministerio de Cultura, en 2011.
Cuestión de moda
En su camino a la gloria no viajaron solas: la estrategia de agentes y editores ha sido imprescindible para llamar la atención de editoriales extranjeros y de productores cinematográficos. Palmira Márquez, directora de la agencia DosPassos, es la responsable de que Natalia Sanmartín haya podido publicar en España y en otros seis países más. No es una agente al uso, también hace labores de edición y acompañamiento durante el proceso creativo de los autores a los que representa. Le gustaría que su empresa se viera como un hotel con encanto.
La agencia DosPassos nació hace diez años, representa a poco más de cuarenta autores y no quiere crecer, porque dice su directora que es muy difícil trabajar bien con una cartera saturada. Mueve a cada uno de ellos simultáneamente en el mercado español, extranjero y cinematográfico, y certifica que el mercado ha cambiado. “Antes, para que pudieras vender los derechos de traducción en el extranjero tenía que estar abalado por ventas y crítica, sobre todo, en un caso de primera novela. Pero esto se ha acabado y lo confirman casos como el de Jesús Carrasco y Dolores Redondo”, asegura Palmira, que anuncia un interés insólito por el escritor español en detrimento de los latinoamericanos.  
Anna Soler dirige la agencia Pontas desde hace 20 años y no coincide con la visión de Palmira: por encima de las nacionalidades está el texto. Cuando le llegó el correo de Dolores Redondo con el manuscrito adjunto lo eliminó. Estaba atareada en mil asuntos. Pero la escritora también se lo había mandado a otras personas de la agencia, que reciben al día una media de diez textos de autores por descubrir. Leyeron tres páginas y avisaron a Anna que allí había buen material. Leyeron unas pocas más y llamaron a la autora para cerrar el acuerdo de colaboración. 
Entonces lo distribuyeron entre las editoriales españolas que podían estar interesadas en el libro. Sobre la mesa se encontraron varias ofertas, la subasta auguraba pelotazo para Redondo y su agente, pero la escritora no dudó y sacó el libro de la almoneda para dárselo a Destino: quería estar con la editorial que publicaba aStieg Larsson.
Las cuentas cuadran
También decidieron que debían firmar novela a novela y no la trilogía completa. Y la jugada les ha funcionado. De momento, ya hay 100.000 lectores que han pagado y leído el libro. Consecuencia: el precio del anticipo no será el mismo para la segunda entrega, en ninguno de los países que han apostado por ella. La agente reconoce que el anticipo de la segunda con Destino “es mucho más alto”, pero prefiere evitar dar cifras. “Pero no es un anticipo disparatado, porque tanto la autora, como nosotros, queremos que la inversión se recupere pronto y así que la editorial apueste en promoción y marketing, y que haya royalties durante largo tiempo [en vez de manera anticipada]. Así ganamos todos”, añade.
El día de su lanzamiento, 15 de enero pasado, apareció en las otras tres lenguas oficiales del Estado, euskera, gallego, catalán, algo que ningún superventas ha logrado hasta el momento con su primera novela. Así es como triunfa una escritora de ratos libres, muy aficionad a la novela negra, abogada y cocinera, que lo ha dejado todo para hacer de la escritura su profesión y su promoción. La editorial presiona para que a finales de este año esté terminada la segunda parte de la trilogía. Las cuentas del sector necesitan estrangular a la gallina de los huevos de oro para salir a flote. Los éxitos inesperados con anticipos baratos mantienen la máquina.   
El otro gran éxito de la negociación: los derechos para el cine los ha comprado Peter Nadermann, productor de la adaptación al cine de la trilogía Milennium. Soler se lo mostró a Nadermann y él consiguió que alguien se lo leyera del castellano. A las dos semanas se plantó en Barcelona para cerrarlo. La operación había pasado de supervivencia a superávit.  
Los derechos para adaptaciones a televisión y películas en un mercado tan restringido como el español, en el que no hay suficientes lectores para tanto libro ylas ventas son terriblemente pequeñas, una película supone la salvación. Para Pontas es tan importante el negocio audiovisual que se han convertido en productora. “Más del 30% de las películas que se estrenan son adaptaciones de novelas.Hollywood no quiere ni oír habla de guiones originales. Es la tendencia: cine y literatura van de la mano, porque cada vez se escribe más en clave cinematográfica”, cuenta Soler.
Fráncfort es el talismán 
Las tres novelas explotaron como fenómeno en la Feria de Fráncfort, donde no importó la notable impronta local que había en cada una de ellas. Un thriller con mitología vasca, una declaración de guerra al mundo moderno y una huida por campos desérticos. Allí echó a andar todo, en Alemania, en grandes naves repletas de mesas enanas sobre las que el sector enseña sus cartas en citas concertadas de treinta minutos.
Elena Ramírez, editora de Seix Barral, ha hecho las labores de agente en el libro de Jesús Carrasco, porque el autor no quiso que le representara nadie más que su editora. Es otro modelo, mismo resultado. Ramírez cree que la diferencia que hace excepcional a estos tres libros es que demuestra que ahora los editores extranjeros apuestan antes de que el libro sea publicado en España, “que es como contratamos nosotros todos los libros que nos vienen del extranjero”. ¿Por qué pasa ahora con los españoles? “Porque hay más competencia y el editor extranjero entiende que debe ser más rápido en contratar autores españoles”.
Intemperie ha vendido 30.000 ejemplares en España hasta el momento y además de las 14 ediciones extranjeras y dos ofertas para el cine, están pendientes otros 17 países después de la última Feria de Londres. Carrasco y Ramírez amarraron a la primera el mercado anglosajón –el más difícil de todos- y eso les abrió inmediatamente la puerta del resto. Esto se ha repetido en todos los casos y es algo que ninguno de las grandes firmas españolas había podido cerrar con su primera novela.
Carrasco también ha renunciado a todo y se ha centrado en la escritura. La segunda novela será una prueba de fuego. Intemperie se ha convertido en un best seller en Holanda, con tres ediciones y adoptada por los libreros holandeses. “Que eso ocurra con un autor literario y que no sea de género es muy extraño. Decidieron apostar por la calidad, no sólo por la venta”, señala Ramírez.  
Tanto Palmira Márquez como Elena Ramírez entablan una relación con sus escritores muy estrecha. De hecho, la agente perseguía desde hacía tiempo a Natalia Sanmartín para que se animara a escribir una novela. Palmira califica a su escritora como lectora empedernida y mujer cultísima. Hasta que un día la jefa de Opinión del diario Cinco días le entregó un manuscrito. El caso recuerda mucho al triunfo de aquella profesora titular de filología inglesa en la Universidad de Murcia y desconocida escritora antes de firmar El tiempo entre costurasMaría Dueñas.  
A unos días de que se ponga en marcha la segunda edición del libro, y con menos de un mes de vida en las librerías españolas, ya ha alcanzado los 10.000 ejemplares vendidos. Están pendientes de las ofertas de países escandinavos, de la República Checa y de Portugal. Palmira explica la sencillez de su estrategia: apoyarse en una red muy personalizada de editores de todo el mundo donde acomodar el libro y no mandar libros indiscriminadamente. “Una debe tener muy clara la línea de cada editorial”. Las grandes historias están en los libros, pero necesitan de alguien que sepa darles un empujón. Eso es insustituible. De momento. 

lunes, 6 de mayo de 2013

El diario de Helga Weiss


El horror nazi, visto a través de los ojos de una niña.

El diario de Helga (Testimonio de una niña en un campo de concentración), de Helga Weiss, es según The Telegraph “El diario más conmovedor sobre elHolocausto que se ha publicado desde el de Anna Frank”. Con la diferencia de que Helga sobrevivió al terror, y hoy aún vive para contarlo.
El diario de Helga WeissHelga Weiss comenzó a escribir e ilustrar su diario en 1938. A los ocho anos vivió la invasión nazi de Praga recluida en su casa, ya que las escuelas no admitían judíos, y a sus padres se les negó la posibilidad de trabajar. En 1941, toda la familia fue enviada al campo de concentración de Terezín, donde durante tres años la niña documentó en sus cuadernos la vida cotidiana, las duras condiciones y los buenos momentos, hasta que fueron transferidos a Auschwitz.
Helga Weiss cuenta que, antes de subir al vagón, le entregó a su tío las páginas de su diario y éste las escondió entre los ladrillos de una pared. De los quince mil niños que llegaron a Terezín y fueron enviados a Auschwitz, sólo cien sobrevivieron al Holocausto. Helga fue uno de ellos. Cuando regresó a Praga, había cumplido quince anos y, en la pobreza más absoluta, continuó el relato de las experiencias sufridas desde que dejó de escribir.
Reconstruido a partir de los cuadernos originales y de las hojas sueltas en las que Helga escribió después de la guerra, este diario se edita por primera vez. Se acompaña de una entrevista a la autora, y de los dibujos que realizó en Terezín. El diario de Helga es uno de los testimonios más trepidantes que se han escrito durante el Holocausto.
Helga Weiss nació en Praga en 1929. Su padre era empleado en el banco estatal de Praga y su madre modista. A su regreso a Praga, tras la terrible experiencia en loscampos de concentración, estudió arte y obtuvo reconocimiento por sus dibujos y pinturas. Helga ilustró la novela de su padre And God Saw That It Was Bad, escrita durante su reclusión en Terezín. En 1954 se casó con el músico Jiři Hošek. Tiene dos hijos, tres nietos y sigue viviendo en la casa donde nació.